El piquete

Cada persona tiene como diría una amiga por ahí "su piquete" y bueno pues cada cual decide que piquete de qué persona le atrae más o le atrae menos en caso obviamente de que le atraiga algo.

Creo que todos tratamos de hacer un recuento completo de virtudes y defectos capaces de adecuarse a nuestra retorcida o recta personalidad. Nos fijamos en si huelen bien, en el tipo de cabello o hasta en la talla de zapato. Y ya para rematar y decidir si la persona está destinada a ser el objeto de nuestro afecto nos fijamos en otras cosas más interesantes como si dan limosna a los niños que te limpian el vidrio en el semáforo "inteligente" de la Plaza Dañín o sus escritores y directores favoritos.

Todo para tener cada vez más y más cosas en común porque tal vez en el fondo nos gusta enamorarnos de nosotros mismos, pero ese no es el tema. Yo fui durante toda la escuela una niña que se comía los libros de escritura y ortografía, luego los de redacción, me traumaban las agudas, las graves y las esdrújulas y sus respectivas tildes.

Siempre corrigiendo hasta el cansancio a todos mis amigos siendo en exceso annoying con el lenguaje. Con el tiempo y con la vida he perdido alguna cosas y ya no soy tan enfermita con la ortografía, pero los rezagos quedan.

Un día de repente descubrí que me parece la cosa más sexy en un hombre una buena ortografía, ese es mi piquete raro del día de hoy. Me di cuenta que al ver la evolución ortográfica de mi príncipe como que me enganchaba un poquito más así como cuando Morticia habla francés y Homero no le puede dejar de besar el brazo.

O no me podría imaginar lo desagradable que sería recibir un mensajito en mi celular que diga "kriño q' ases", lo mando al carajo. Y bueno digo yo, si existen mujeres que se ponen exquisitas y buscan tipos con carros y camisas de una marca específica pues creo yo que mi piquete no es así como tan jodido que digamos.

¡Manifiéstate con tu piquete!