Condena

Somos de los que preferimos disfrutar de lo que estamos haciendo, somos de los que nos encanta el conocimiento y ver documentales sobre animales como forma de entretenimiento. Nos gusta sentarnos a escribir estupideces y en el fondo sabemos que poseemos lo que se requiere para ser una "persona de éxito".

Pero por la maldita ley de la compensación con todas nuestras cualidades vienen un igual número de defectos que evitan que las palabras se transformen en realidades. O sea tenemos ideas geniales, tenemos el intelecto y las ganas pero una pereza constante de ponerse en pie y empezar a hacer las cosas.

Tal vez sea solo mi caso pero no ceso de buscar esa idea genial que me arregle la vida, esa idea genial que evite el hecho de tener que asistir a una oficina por el resto de mi vida con el único afán de poder alimentarme y poner un techo sobre mi cabeza. Me niego a creer que es esa la única forma.

Estudiamos y trabajamos lo que creemos que queremos ser, luego somos eso o algo parecido o algo diferente y en el camino descubrimos más y más cosas y sin embargo nuestra carrera nos definió hace rato y redefinirnos es un lío que la mayoría prefiere no aguantar.

Podría haber sido veterinaria, escritora, cantante, filósofa o heladera pero tuve que concentrarme en una sola rama porque así debe ser porque eso es lo normal. Pero yo no quiero lo normal, yo no quiero ser esclava de un trabajo, ni esclava de un horario, ni esclava de un sistema.

El mundo es demasiado vasto para encerrarme a observarlo desde una pecera, y mi mamá me dio la vida para vivirla. Sin embargo, el dinero es necesario, para tener dinero hay que trabajar, para trabajar hay que tener disciplina y la disciplina me estrecha un poco los sueños.

Todo está ahí dentro de nosotros, las ideas geniales, los negocios perfectos, lo que somos y lo que queremos ser pero entonces ¿por qué demonios teniendo tanto "potencial" no podemos hallar la manera de hacer funcionar cada idea y cada palabra? Somos personas fuera de lo común condenadas a vivir comunmente.

¿Qué hacer en este mundo extraño? ¿Me siento y espero una racha de voluntad y mi genial idea? ¿Me adapto? ¿Me estiro o me aplano? ¿Guardo en un cajón mi espíritu o me pego unas alas y me boto al vacio?