Ayer traté de depilarme las piernas con una pinza de cejas. Estaba preocupada de mis asuntos, metida en mi depilación cuando por algún motivo la otra yo que vive en mí se aleja de mi cuerpo, me mira burlonamente y me pregunta porqué demonios hago eso. Y es tan diferente verse desde afuera de si mismo.
Efectivamente, me quedé pensando no solo en lo largo y tedioso que podría ser depilarme con una pinza de cejas sino en la otra serie de barbaridades que hacen las ladies que tenemos dentro para mantenerse ladies.
Primero la depilación, no podemos soportar (o al menos yo) vellos demás en nuestro cuerpo y la solución es arrancarlos de nuestra piel sin remordimientos. También está el hecho de pintarse las uñas o de hacerse agujeros en las orejas, a mi nadie me preguntó si quería hacérmelos y ahora como ya los tengo, tengo una preocupación más en mi vida: qué aretes ponerme.
Además está cuidarse de no engordarse, aprender a maquillarse y saber reconocer distintos tipos de telas y hasta de perfumes (aunque como yo soy un poquito anósmica nunca podré reconocer un perfume), luego están los zapatos de tacón y como olvidarnos de los jabones para el cutis.
Todas esas vainas que a mi mamá le encantaría que yo haga pero que no hago. Es como si en el fondo no hubiéramos evolucionado lo suficiente, como si todavía fuera necesario educar "señoritas" en lugar de educar mujeres con corazones fuertes e ideologías marcadas.
Hace poco escuché a un amigo decirle a una amiga "- tienes que aprender a cocinar si te quieres casar algún día", la última vez que miré dentro de mí el código era casarse con alguien porque se aman de verdad y la cocina a la mierda o que cocinen los dos.
No puedo creer que aún hoy exista un encasillamiento para las mujeres y aún peor que de a poco estas costumbres un poco barbáricas como arrancarnos los vellos o pintar nuestros rostros para llamar la atención del macho estén arraigadas en nuestras costumbres sin importar cuanto de mujeres nuevas tengamos dentro.
Está bien, me encanta ser mujer y tener la opción de ser coqueta y vestirme con el estilo que más me acomode pero es extraño ponerse a pensar y a razonar como estas "costumbres" femeninas tienen origen en una visión externa de lo que el mundo supone que debemos ser. Tal vez hemos aprendido a disfrutar en el camino de estos detalles pero el origen y el objetivo de ser una ladies (y obviamente unas putas en la cama) es lo que me hace dudar y filosofar tonteras cada vez que me veo a mi misma tratando de depilarme las piernas con una pinza de cejas.
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