No me gustan los abrazos

Ya tengo claro que soy rara pero no lo digo siempre como un orgullo o algo que me haga sentir del todo bien, ser rara también tiene su lado malo y complicado porque las cosas comunes que me pide la gente que quiero son para mí difíciles de hacer.

Tengo la suerte de vivir en una familia donde todos nos queremos mucho, tengo un papá engreidor y cariñoso cuyo único anhelo cada noche es que yo lo reciba con un abrazo, un abrazo que nunca puedo darle. Y no es por falta de cariño, ni por falta de confianza es porque tengo la tendencia de huirle al contacto físico.

No me gusta que me abracen, en especial no me gusta que me abracen personas que no conozco bien. Pongo esto a su consideración porque siempre he pensado que tal vez estoy un poco loca y tengo algún síndrome defensivo psicópata porque no me gusta que me toquen.

Existen solamente tres personas que me pueden abrazar sin que yo me sienta incómoda: el objeto de mi afecto (o príncipe como suelo llamarlo); un amigo que ahora está de viaje y de mis 5 sobrinos la más flaquita y cariñosa. El resto es un pequeño esfuerzo que hago para no ser una grosera al mandar al carajo a quienes me ponen un dedo en el hombro.

Lo extraño es que siempre he sido así, claro cuando era niña abrazaba a mi papá, mi mamá y mis hermanos pero ya cuando crecí dejé de hacerlo. Me han acusado de huraña, me han dicho personas que estimo que no las quiero, nadie comprende que no sea fanática de los abrazos, nadie cree que es simplemente una condición en mí que no puedo evitar.

Tal vez por eso nunca voy a discotecas, además de que me aburro no podría sobrevivir en un lugar donde te apretan por todos lados, me da una especie de claustrofobia. Odio los lugares concurridos, odio las playas llenas, las ferias y demás; para mí la situación perfecta se crea en un ambiente amplio y semi vacio. Y no existe nada peor en mi universo que las personas que ni bien te conocen quieren estar abrazándote de alguna manera ¡yak!

Podría ser también que tengo una personalidad silenciosa que solo puede salir a la luz cuando el resto se calla, pero nunca se callan. Pero lo de los abrazos es mi locura personal, hay gente que ve gérmenes en todos lados, personas que no pueden salir de casa si el cinturón no combina con los zapatos y mujeres que no pueden salir sin aretes; a mí no me gustan los abrazos.

Esos abrazos de amistad o de familia que a mi no me nace dar ni me gusta recibir a menos que los pida. Una niña intolerante al contacto físico, algo en mí que no puedo mejorar.

Sí, ya lo sé amigos soy una loca, pero ¿qué demonios esperaban encontrar en una página que se llama Locura Extraordinaria?