El perro de al lado lo mató.
Yo quiero escribir muchas cosas acerca de él, me gustaria contarles como llegó a mi casa, las travesuras que hizo, como cada vez que veía a alguien se lanzaba a lamerlo, jamás mordió a alguien. Quisiera poder contarles como corrí a buscarlo a la calle, como me llené las manos de su sangre tratando de revivirlo, como tuve que, con el dolor de mi alma, poner su cuerpecito en un cartón y, con mucha rabia, cavar y cavar hasta tener un hueco suficientemente profundo. Quisiera que sepan cuanto lloré, lo culpable que me siento por haberlo dejado salir. Lo triste que estoy porque ya tenía un mal presentimiento pero no le hice caso. Lo deprimido que salí de casa hoy al ver que mi madre, aún lloraba y me preguntaba que si no lo podíamos revivir, que lo saquemos de esa caja de cartón. Lo mal que estoy porque pude haberlo tratado mejor.
Pero hoy no puedo hacerlo.
Tal vez, mañana.
El que diga que los perros no tienen alma, no tiene alma. El que diga que los perros son solo mascotas, no ha sentido el amor de uno de ellos.
Adios baby, yo cuidare a chuletas por ti, ahora ve y corre.
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