Mi Regalo de Navidad

Se acaba el año y yo también. Estoy agotado (sin stock), cansado, la pluma de la gasolina está abajo de la raya roja, ya no puedo más. He estado trabajando demasiado, a mi se me ocurrió chantarme todas las responsabilidades importantes justo en la época más fuerte del año. Soy obsesivo con la exactitud (metódico, ¿se acuerdan?) y necesito hacerlo todo yo para estar seguro que sale bien.

Claro, no soy todo métodos, la parte caótica se expresa en mi súper cuaderno del Libre Albedrío, donde cualquiera puede tomar una página y escribir lo que quiera. Ahora me la paso haciendo más caricaturas, y de paso revisé las anteriores y están terribles, pero de todas formas les prometí que las sacaría así que planeo publicarlas en enero, así tal vez de la vergüenza escarmiente y no dibuje más.

Un momento... ¿Dije que el trabajo me tenía cansado? ¿Pero como es posible que siga trabajando después del violento incidente del viernes? Pues bien, ese día me escapé a almorzar y a escribir el post, pero al regresar pasaron cosas difíciles de creer. Cuando se lo conté a Blue Meanie, el me dijo que esta historia pertenece a Locura Extraordinaria, y si, tal vez sea así pero dudé en ponerla porque si yo no fuera yo, no me la creería, así que se reserva el derecho a credibilidad, o se lo reservan ustedes... o algo así.

Ahí estaba yo, volviendo al trabajo, preocupado y muy asustado, tan sólo imaginando la manera en que iba a ser insultado, sería tal vez el clásico "has faltado a las normas de la empresa..." o tal vez el más agresivo "Mira muchacho de mier.. Conchetum.." con saliva incluida at no extra charge. Sea lo que fuere, se me ocurrió que si me disculpaba con el "señor" tal vez el no le diría nada a su jefe y a su vez este no le diría nada al mío (el señor no trabaja conmigo sino con el dueño del lugar). Así que lo voy a buscar, y le pregunto al guardia:
- Esteee... disculpe, ¿Está por aquí el Sr. Cachito?
El guardia asustado me responde:
- Oiga no... no está oiga, salió soplado...
- ¿Y como así?
- Es que parece que tuvo un problema...
El guardia está reacio a contarme algo, me tomó un par de minutos convencerlo, finalmente dijo:
- Es que parece que el Sr. Cachito se ha estado acostando con la esposa del jefe, y el jefe ya se enteró y viene para acá a buscarlo
-¿QUE?
- Si oiga, y parece que la señora lo llamó al celular a avisarle y por eso el man salió soplado
- ¿QUE? La esposa del jefe es la rubia...
- Si la rubia buenota esa que viene de vez en cuando para acá

Entonces el resto de mis compañeros se acercaron y el guardia les contó todo a ellos, de ahí en adelante ese fue el chisme de la tarde, se hacían teorías de porque la rubia estaría con el Sr. Cachito, un tipo que no es muy atractivo ni adinerado, y ya sabemos por donde va su personalidad. Así fue como el Sr. Cachito no alcanzó a contarle a nadie de su empresa el incidente conmigo, y mis compañeros que vieron fueron silenciados con un par de tarrinas de chifa. He pensado la expresión correcta para expresar la sensación de alivio que sentí al enterarme de esto y creo que encontré la onomatopeya que encierra todo lo que paso por mi mente en ese momento, sería algo mas o menos así:

¡¡¡¡¡¡UUUUUUUUUUUUUUUUUYYYYYYYY!!!!!!

Ponle o quítale un signo de admiración, pero está bastante cerca. Según escuché luego, esa misma tarde llegó el jefe e hizo relajo, pero yo estaba muy ocupado como para salir a ver el relajo. Del Sr. Cachito no se ha sabido nada, y tampoco se ha visto a la rubia, nadie se atreve a preguntar.

Para mí, no perder mi empleo, la salida más sencilla de un problema grande y de paso la huída del Sr. Cachito lo puedo considerar como un gran regalo de navidad. Después de todo, si hay justicia.