Juguetes

Es una especie de tradición familiar el salir a comprar los juguetes para mis sobrinos cada navidad, tengo 5 sobrinos de diferentes edades, 4 niñas y el menor es un niño (el engtreído). Esta vez queríamos hacer algo distinto, íbamos a ordenar por internet para que alguien que esté en la "yoni" nos traiga los regalos, pero el chiste es que debían llegar lo antes posible.

Lo malo, es que el delivery rápido le aumentaba más de $30 a la compra, y el macho proveedor o sea mi papá dijo que mejor no.

Ilusos, fuimos a la juguetería más cercana. Yo, que no esoy acostumbrada a toparme de golpe con la realidad me sorprendí mucho. Me esperaba que las muñecas estén más caras, pero no me esperaba que estén más del 100% más caras.

Una muñeca My Scene con disfraces acá cuesta $40 mientras allá vale $15, o sea que la juguetería se lleva una ganancia de $25, yo sé que la aduana y todo eso cuesta pero como que eso es mucha sapada. Los cariñositos que antes costaban $5 en la misma juguetería, ahora cuestan $8, una pinche tortuga ninja peluchesca cuesta casi $40 y en fin no hay nada realmente nice de menos de $30.

A mi sobrinos, al igual que a mí cuando era niña, les dan lo que ellos escogen para no equivocarse con el regalo. Se arma una cadena de hijo, padre, abuelo que termina con una firma y un diferido a tres o seis meses. Yo no digo que esté mal pero terminamos comprando un dinasaurio medio turro de $70, porque ESO y nada más quería el niño. Es un poco frustrante porque a mí (la hija), me arman relajo solo por pedir para navidad un juego de gameboy.

Al menos sé que una de las cosas que más me gustan de comprar juguetes es que siempre termino con el muñeco de promoción, ese que te dan con los $50 o $100 dólares de compra. Siempre me ha gustado ir de compras de juguetes de niña me dieron muchas cosas bonitas.

Los juguetes que más recuerdo de mis navidades: El jeep y el ferrari de la Barbie, la Barbie con el pelo hasta los pies, una máquina de hacer granizado, una cabage patch kid que podías peinar, la puppy surprise y un troll empijamado. El juguete que siempre pedí y nunca me dieron: un trencito con sus rieles.

Y a todos mis juguetes los quise mucho y jugué con ellos hasta el cansancio. Hoy me pregunto ¿vale la pena tanta inversión en muñecos? ¿realmente los van a apreciar de la misma manera en la que yo aprecie todos mis juguetes?