Trip #3: Supercuritas

Las curitas fueron importantes en mi infancia, siendo una de esas niñas activas y medio torpes me caía a cada rato o me cortaba o algo me pasaba y siempre salía mamá con el alcohol y la curita, o bueno uno podía llorar para que no le echen alcohol sino agua oxigenada porque no ardía. El punto es que en la niñez uno tiende a asociar curita con bienestar, así te hayas golpeado la cabeza y la peguen en la frente lejos del verdadero chichón estaba ahí la curita para brindar de alguna forma alivio, un alivio tipo placebo pero alivio al fin; y era posible creer que la curita en sí, esa pequeña bandita adhesiva con algodón, era capáz de cerrar las heridas y curarlas.

Ahora imaginémonos (gracias a los avances de la ciencia) que la curita pudiera realmente tener esa capacidad curativa, sí, con la novedosa y moderna "Nanocurita". Efectiva para heridas pequeñas pero profundas, la nanocurita es una cinta adhesiva con lo último en nanotecnología médica. Tomemos en cuenta que la nanotecnología es implementar en minúsculas estructuras un tipo de ciencia a escala molecular, podríamos decir que es la creación de aparatos minúsculos que es posible utilizar para casi todo y cuando digo minúsculos no estoy exagerando más bien me estoy quedando corta.

Te cortas y te pones la curita que inmediatamente empieza a liberar pequeños nanorobots (imagínense lo diminutos que serían) que proceden a desinfectar y unir el tejido roto, aplicar algún analgésico y en minutos el dolor y la sangre desaparecen. Se vería igual que la curita tradicional y vendría en diversas formas y con personajes para los niños pero no sería igual de desechable sino que la parte tecnológica del asunto sería rehusable un par de veces hasta que cumpla su ciclo de vida, y no no hay que preocuparse de el contagio de enfermadades a través de nanocuritas, digo si el invento puede hacer todo lo anteriormente detallado que se mantenga a si misma completamente desinfectada es cosa fácil para los nanocuradores.