Hoy es lunes, es la una de la mañana y me da una pereza terrible ponerme a escribir un post muy largo, así que decidí recurrir a mi archivo de fotos extrañas y entretenerlos con unas rarezas. Compensaré lo corto de palabras con una imagen extra, después de todo una imagen dice más que mil palabras, calculo que este será un post de dos mil y pico de palabras.
Nuestro primer participante es una de esas fotos que uno consigue por estar en el lugar correcto al momento preciso, al principio luce normal pero si se fijan bien...
Nuestro primer participante es una de esas fotos que uno consigue por estar en el lugar correcto al momento preciso, al principio luce normal pero si se fijan bien...
¿Ya lo vieron? Para los que no, el asunto es sencillo, yo tomé la foto desde mi carro, y estoy frente al semáforo y cuando se ponga verde avanzaré (o avancé) hacia la calle que es una vía que está al frente. Entonces ¿que semáforo están esperando el grupito detrás de la camioneta roja? ¿qué hacen ahí en contravía? ¿cómo llegaron ahí? ¿y por qué?
Yo seguí, extrañado, esperando encontrar el motivo de esa revolución automotriz, pero más adelante no hubo razón alguna, ni cierre de vías ni manifestaciones ni vigilantes de tránsito desviando el tráfico. Nada. Me quedé pensando el porque, y solo se me ocurre que el primero se confundió, y el resto al ver que iba hacia allá pensaron que este tipo tenía algún buen motivo y lo siguieron. Este es el clásico suceso que, si no tuviera una foto para probarlo, nadie me lo creería.
Mi segunda foto es un servicio social. Niños y niñas del Ecuador (y del mundo) esto está mal, no hagan esto, no lo hagan porque se van a morir, les va a dar diabetes. Miren y asústense.
Yo seguí, extrañado, esperando encontrar el motivo de esa revolución automotriz, pero más adelante no hubo razón alguna, ni cierre de vías ni manifestaciones ni vigilantes de tránsito desviando el tráfico. Nada. Me quedé pensando el porque, y solo se me ocurre que el primero se confundió, y el resto al ver que iba hacia allá pensaron que este tipo tenía algún buen motivo y lo siguieron. Este es el clásico suceso que, si no tuviera una foto para probarlo, nadie me lo creería.
Mi segunda foto es un servicio social. Niños y niñas del Ecuador (y del mundo) esto está mal, no hagan esto, no lo hagan porque se van a morir, les va a dar diabetes. Miren y asústense.
La foto ha sido "arreglada" para proteger mi... ehm, la identidad del sujeto en cuestión. El consumo de azúcar en exceso es malo para la salud, aunque sea muy dulce y rico y la fuerza de voluntad sea prácticamente nula, hay que hacer un esfuerzo para no comerse el azúcar de esa forma, o por lo menos no dejarse sorprender con una cámara mientras lo hacen, de seguro lo segundo es mucho más fácil.
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