Publicidad: La Gran Ballena de Caucho

Una campaña publicitaria empieza con el deseo del cliente por realizar algún tipo de promoción de su producto, por lo general algo pequeño, como un aviso de prensa o algo. Generalmente la agencia convence al cliente de realizar el ultra súper comercial para que el gasto sea mayor y el porcentaje para la agencia también. Ese es el secreto más grande de los publicistas. Nosotros sabemos que podemos lograr algo muy bueno con cosas baratas, como una cuña de radio y de pronto un aviso pequeño, pero tenemos que hacerlos creer que el comercial es indispensable, o sino no nos pagan.

Estoy seguro que fue así como un publicista convenció al señor de Bora Bora para hacer un comercial. Ese fue el primer paso hacía el Apocalipsis que nos toca vivir ahora. Me imagino al cliente, tratando de explicarle al publicista, a ese ejecutor de tantos males, que es exactamente lo que quería. Es probable que el cliente se quiera mantener en lo clásico, todas las empresas ecuatorianas prefieren mantenerse con el jingle o comercial que les funcionó de maravilla en 1984, acá nadie se arriesga, por eso harina Ya sigue siendo ¡Ya ya ya! Y deja siempre tendrá a blanquita y nosotros seguiremos atrapados en el pasado cantando "con mis gudiz soy feliz". Y es por eso que el cliente insistió en que quería algo nuevo, pero que se mantenga en la onda playera y que salgan las zapatillas en la arena y por supuesto el ingrediente sexual, la tipa en tanga.

No me quejo de la tipa en tanga, si fuera mujer tal vez, pero como hombre debo decir que los comerciales sexistas son divertidos, inútiles ya que hasta ahora me han convencido de comprar zapatillas, cerveza o llantas, pero divertidos. El recurso del sexo está en letras grandes y doradas en el manual básico para el publicista en 5 partes, ¿aún no lo han leído? Algún día se los presento. En fin, llego el punto en que el publicista, ese pobre diablo, se fue con toda la información que le dio el cliente en su cabeza, y en algunos garabatos que están destinados a perderse en media hora, y llegó a su puesto repasando lo que dijo el cliente, palabras que por cierto cambiarán en la siguiente reunión y se convertirán en el clásico "yo se que dije eso , pero no es lo que quise decir, no me entendiste" dando lugar a otra nueva explicación y otra campaña para al final, escoger la primera, pero me estoy adelantando.

Llegó este publicista, asesino de sueños e ilusiones, a su puesto con dos semanas para crear el comercial, y como todo buen publicista, se fue a joder por ahí, quemando música con los cds en blanco de la empresa, y bajando pornografía, respondiendo mails, constantemente mandando bromas a toda la empresa que al final nadie entiende, pero así es la vida de ese publicista, destructor de mentes, que a última hora se dio cuenta que no tiene nada y decide ponerse a trabajar. Pero claro, no escoge el día sino la noche, espera a que sean las 6 de la tarde, y el y sus amigos publicistas piden pizza y cerveza, y prende su marihuana y esta combinación los pone terriblemente locos. Creativos si, pero no enfocados, es ese el problema. Entonces son las 4 AM y este publicista que tiene su reunión a las 9 AM no tiene nada y entra en pánico, y se pone a tipear una gran carpeta con mucho texto que se aprende a hacer en la universidad, con el "análisis" y justificación de la campaña, con el FODA y el grupo objetivo y todo el respaldo, el porque de la campaña. A esto se le llama cariñosamente BULLSHIT y sirve para hacer pensar al cliente que realmente investigamos y que no es joda todo el asunto, aunque lo parezca. Entonces a las 6 AM cuando ya dos amigos se durmieron, y la marihuana no hace efecto, es ahí cuando a ese publicista, creador de calamidades, se le ocurre una idea que nos afectará a todos, y que por el alto grado de estupidez y sueño suena genial, esta idea él la escribe con convicción para luego dormirse en el teclado.

Al día siguiente, se pega su refrescada para la reunión, y tarde como siempre, imprime el storyboard y los avisos y corre al salón de reunión, donde el cliente se ha mantenido entretenido con el bullshit técnico, entonces este publicista, plaga de la humanidad, empieza a contar el comercial. Y esto es importante, ya que contar un comercial es un arte publicistico sobre el cual me explayaré en algún otro post. Entusiasmado el publicista empieza con su historia de chicos y chicas en la playa y la chica en tanga, y este tipo que no tiene zapatillas y todos tienen, y en lugar de ir a una tienda y comprarlos, este caballero decide lanzarse al mar, a suicidarse por no tener zapatillas me imagino, y de pronto se topa con esta, gigantesca mala idea, disfraza de ballena, oh si, la gran ballena hecha de zapatillas. Y mientras de la boca del publicista, destructor de hogares, sale la palabra ballena, el se da cuenta de las tonterías que ha creado, pero que ahora debe apoyar. Y es probable que llore por dentro, por obligarnos a vivir una época de sufrimiento y dolor, al ver ese, tan malo comercial, pero se lo guardará y lo dice y lo hace con orgullo falso:

?Entonces aparece la gran ballena hecha de zapatillas, y el muchacho coge un par y vuelve a la tierra. Feliz.?

Y es así como se hace un mal comercial.