Tengo un profesor revolucionario, que me ha despertado una verdad que no había querido tomar en cuenta totalmente. Siendo estudiante de derecho me han vendido las mentiras clásicas: que las leyes están para proteger al indefenso y para darle a cada cual lo que le corresponde, pero es todo falso, el derecho es una herramienta del poderoso para que se haga lo que a él le conviene.
En nuestro caso particular, Ecuador está metido en tremendo lío, obviamente que me indigna que 3 corruptos hayan sido absueltos, pero maldita sea, hay que reconocer que también los juicios que los mantenían en auto exilio eran una mierda de ilegalidad, y si, el homosexual ese al que no le molesta que le anden diciendo Pichi, hizo bien, declaró la nulidad de procesos que habían sido iniciados culebreando riquísimo la ley y la constitución.
Para juzgar a un presidente si se necesita autorización del congreso e informe de contraloría, pues no existían. Y que al Loco, lo hayan destituido por loco, fue también una grosería y una canallada sin nombre, ¿dónde se ha visto que un congreso formado por algunos abogados, muchos primos e hijos de vecino, periodistas y hasta deportistas se torne psiquiatra y declare demente a un pobre hijo de puta que se los había culeado en las urnas? Muy ajeno es el hecho de que habiendo conocido su destitución haya cogido y comenzado a cambiar cheques de estado para irse con sacos de efectivo en avioneta aquí nomás a la vuelta, a Panamá, país cojudo de mierda que no sólo le vendió la raja a los gringos sino que acoge a cada vivo que comenzó como político y terminó como ladrón.
Entonces, ¿qué mismo?
O sea, el derecho se supone que vela por el interés de todos, pero ¿qué tal que aplicando los preceptos jurídicos correctos del derecho (como efectivamente hizo el puto para que estos 3 vuelvan) realmente se está haciendo un terrible daño a la colectividad? ¿Qué pasa cuando las reglas del juego simplemente ya cayeron verga?
Y que no se rajen las vestiduras los socialcristianos y demás tontos que cuando tenían el poder no dieron la estocada final ni el tiro de gracia que se necesitaba, y no es que sean tampoco santos de mi devoción, son todos unos cobardes, interesados, egoístas, ególatras y advenedizos.
Debemos rehacer las reglas del juego, eliminar al niño que siempre gana porque siempre hace trampa y volver a comenzar desde cero. Es más, si la solución es comenzar matando a todos los abogados, mejor ni me gradúo y me hago futbolista.
Varias frases me llamaron la atención en esta semana con todos estos acontecimientos:
1) A cuidarse los bolsillos que llegaron los tres pillos.
2) ¿Cómo carajo hacemos para detener en las urnas a Bucarám, que con toda su salsa y su candor pueblerino arrasará entre los ignorantes?
3) Con Batman que regresa en helicóptero, el Guasón en Carondelet, el Pingüino en la Corte Suprema y Dos Caras en el Congreso, vamos a quedar más jodidos que Robin...
Y por amor de Dios, olvidémonos del puto capitalismo liberal (caníbal diría yo) que tan ahuecados nos tiene los bolsillos, tan llenas las cárceles y tan gordas las listas de emigrantes y las chequeras de unos pocos que sí tienen con qué y que pregonan: ley de mercado, no intrusión del estado y "dejar hacer, dejar pasar..."
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