Mientras se me ocurría el título para este post me di cuenta de algo curioso. Todos conocemos muy bien la existencia del lado oscuro de la fuerza y de los efectos de pasarse a ese lado, es más, se ha vuelto una practica común entre seres humanos (y jedis también) el pasarse al lado oscuro, por la pura gana de decirlo y el prestigio que esto trae (!). Lo que no es muy común es hacer todo lo contrario, es más yo he visto eso solo una vez, al final de episodio VI, cuando Darth Vader muriendo en brazos de su hijo decide "hacer el cambio". Lo que me lleva al asunto curioso que mencioné antes, ¿Si me paso del lado oscuro de la fuerza al otro, como se le dice a esa acción? O en otras palabras ¿como se llama el otro lado de la fuerza, el que no es oscuro? ¿Acaso se llama claro? porque es un nombre terrible si es así. El lado claro de la fuerza, puaj...
Y bueno el asunto es que este post originalmente empezaba con una frase como "este post no tiene nada que ver con Star Wars" pero ya hice la grande. Igual el resto del post si que no tiene nada que ver con Star Wars... espero.
El fin de semana me dio la oportunidad de explorar dos situaciones completamente distintas (y opuestas creo yo) la una de la otra. Una fue una calmada y divertida noche de "conversa" y tertulia, y la otra un vibrante concierto, si, este concierto.
La primera fue el viernes en la noche, y la organizaron los habitantes de la república corchil (el tag board de aquí a la derecha), fue en casa de Palas y entre los ilustres invitados se encontraron Fatima y James Profit, Mean Mr. Mustard y la señora de mostaza, Paulette, Palas y su esposo, entre otros (en realidad los otros somos Sadie y yo pero poner "entre otros" es más caché). Los temas de conversación fueron desde la causa de la deformación del hombre elefante hasta mi posible homofobia (no tengo nada contra los gays, ¡Pero no me gusta ver a dos hombres besándose!). Bielitas van vinitos vienen, una que otra canción, temblores a la media noche y bueno, la cosa estuvo acabando como a las 4 a.m. con la gente (creo yo) feliz y satisfecha y tal vez con la garganta seca de haber hablado tanto. Personalmente la pasé genial, hace mucho que no converso tanto con gente tan chévere y de temas tan "nada que ver" y muero por repetir la experiencia.
El sábado a las 8:00 p.m. Julieta Venegas se preparaba para dar un concierto y a esa misma hora en otra parte de la ciudad, Sexy Sadie tenía una crisis en el departamento de modas, y recurrió a la persona equivocada por ayuda; yo. Ella y yo tenemos opiniones muy diferentes en cuestiones de ropa, por lo que la selección de la vestimenta perfecta para ella se demoró bastante. Finalmente llegamos al lugar del concierto, y una gran fila nos recibió y nos mandó al final de ella, por suerte pude usar mis influencias y contactos para entrar directamente sin hacer fila. Normalmente me sentiría mal por la trampa, pero debo ser sincero, yo NUNCA uso mis contactos para nada, siempre están ahí pudiendo ayudarme y yo no los aprovecho, y siempre hago la fila cuando hay que hacerla y hago todo por la ley, esta vez no estaba de humor. Además la fila avanzaba rápido y no es como que hubo gente que se quedó afuera...
Ya adentro me chocó el ruido, y me di cuenta que estaba en un lugar diseñado para hablar lo menos posible lo cual disminuye mis posibilidades de diversión en un 80%, por suerte había barra libre. Sadie y yo nos encontramos con nuestros amigos por una de las escaleras y decidimos quedarnos ahí. Yo no soy muy fan de Julieta Venegas, pero si del Whisky así que decidí beberlo de la manera más caché que ofrecía el lugar, con sorbete. Con el tiempo el lugar se fue llenando más y más hasta que ya no hubo como caminar sin andar tocando a alguien, esto se volvió una tortura, ya que por alguna razón la gente pensó que estaba bien empujarme, golpearme, pisarme y hasta agarrarme ahí, (si, AHÍ), por suerte fue una chica (y no un chico) que buscando la baranda de la escalera porque se iba cayendo se agarro de lo primero que pudo, y luego de evitar su caída se fue convencida de que efectivamente se había agarrado de la baranda de la escalera, lo cual inevitablemente hizo crecer mi ego.
Al final del concierto me dolían los pies de tanto estar ahí parado (y de las pisadas) y me quise sentar en un sofá que se veía cómodo y estaba vacío, pero que al parecer "estaba ocupado" según un flaco que hacía guardia de pie a su lado sin sacarle provecho al mueble en cuestión. No quise discutir (e igual no podía por la música) así que ya me iba pensando justamente en este post y convencido de que lado era el oscuro y cual... el otro. Cuando llegamos a la salida decidí aprovechar un poco más esa barra libre y pedí otro whisky, mientras lo bebía salió una canción que me parece interesante y sin darme cuenta empecé a moverme con el ritmo; al rato Sadie y yo bailábamos y de pronto la noche no fue tan mala y los pisotones ya no importaron tanto. Los colores se me mezclaron y ya no sabía cual era cual.
Lo malo es que no se cual de los dos es el lado oscuro y cual es el otro, lo bueno es que no tengo que elegir.
PD: Dato curioso, el corrector de word tranforma la palabra whisky en güisqui, mira tú.
Y bueno el asunto es que este post originalmente empezaba con una frase como "este post no tiene nada que ver con Star Wars" pero ya hice la grande. Igual el resto del post si que no tiene nada que ver con Star Wars... espero.
El fin de semana me dio la oportunidad de explorar dos situaciones completamente distintas (y opuestas creo yo) la una de la otra. Una fue una calmada y divertida noche de "conversa" y tertulia, y la otra un vibrante concierto, si, este concierto.
La primera fue el viernes en la noche, y la organizaron los habitantes de la república corchil (el tag board de aquí a la derecha), fue en casa de Palas y entre los ilustres invitados se encontraron Fatima y James Profit, Mean Mr. Mustard y la señora de mostaza, Paulette, Palas y su esposo, entre otros (en realidad los otros somos Sadie y yo pero poner "entre otros" es más caché). Los temas de conversación fueron desde la causa de la deformación del hombre elefante hasta mi posible homofobia (no tengo nada contra los gays, ¡Pero no me gusta ver a dos hombres besándose!). Bielitas van vinitos vienen, una que otra canción, temblores a la media noche y bueno, la cosa estuvo acabando como a las 4 a.m. con la gente (creo yo) feliz y satisfecha y tal vez con la garganta seca de haber hablado tanto. Personalmente la pasé genial, hace mucho que no converso tanto con gente tan chévere y de temas tan "nada que ver" y muero por repetir la experiencia.
El sábado a las 8:00 p.m. Julieta Venegas se preparaba para dar un concierto y a esa misma hora en otra parte de la ciudad, Sexy Sadie tenía una crisis en el departamento de modas, y recurrió a la persona equivocada por ayuda; yo. Ella y yo tenemos opiniones muy diferentes en cuestiones de ropa, por lo que la selección de la vestimenta perfecta para ella se demoró bastante. Finalmente llegamos al lugar del concierto, y una gran fila nos recibió y nos mandó al final de ella, por suerte pude usar mis influencias y contactos para entrar directamente sin hacer fila. Normalmente me sentiría mal por la trampa, pero debo ser sincero, yo NUNCA uso mis contactos para nada, siempre están ahí pudiendo ayudarme y yo no los aprovecho, y siempre hago la fila cuando hay que hacerla y hago todo por la ley, esta vez no estaba de humor. Además la fila avanzaba rápido y no es como que hubo gente que se quedó afuera...
Ya adentro me chocó el ruido, y me di cuenta que estaba en un lugar diseñado para hablar lo menos posible lo cual disminuye mis posibilidades de diversión en un 80%, por suerte había barra libre. Sadie y yo nos encontramos con nuestros amigos por una de las escaleras y decidimos quedarnos ahí. Yo no soy muy fan de Julieta Venegas, pero si del Whisky así que decidí beberlo de la manera más caché que ofrecía el lugar, con sorbete. Con el tiempo el lugar se fue llenando más y más hasta que ya no hubo como caminar sin andar tocando a alguien, esto se volvió una tortura, ya que por alguna razón la gente pensó que estaba bien empujarme, golpearme, pisarme y hasta agarrarme ahí, (si, AHÍ), por suerte fue una chica (y no un chico) que buscando la baranda de la escalera porque se iba cayendo se agarro de lo primero que pudo, y luego de evitar su caída se fue convencida de que efectivamente se había agarrado de la baranda de la escalera, lo cual inevitablemente hizo crecer mi ego.
Al final del concierto me dolían los pies de tanto estar ahí parado (y de las pisadas) y me quise sentar en un sofá que se veía cómodo y estaba vacío, pero que al parecer "estaba ocupado" según un flaco que hacía guardia de pie a su lado sin sacarle provecho al mueble en cuestión. No quise discutir (e igual no podía por la música) así que ya me iba pensando justamente en este post y convencido de que lado era el oscuro y cual... el otro. Cuando llegamos a la salida decidí aprovechar un poco más esa barra libre y pedí otro whisky, mientras lo bebía salió una canción que me parece interesante y sin darme cuenta empecé a moverme con el ritmo; al rato Sadie y yo bailábamos y de pronto la noche no fue tan mala y los pisotones ya no importaron tanto. Los colores se me mezclaron y ya no sabía cual era cual.
Lo malo es que no se cual de los dos es el lado oscuro y cual es el otro, lo bueno es que no tengo que elegir.
PD: Dato curioso, el corrector de word tranforma la palabra whisky en güisqui, mira tú.
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