Yo entiendo completamente el hecho de que si un establecimiento equis tiene una reputación de ser un lugar de moda y demás sus dueños prefieren evitar malos ratos a sus clientes y no dejar entrar a personas en estado etílico, o en última instancia no dejar pasar a personas que no estén vestidas apropiadamente. Eso es lo que yo ingenuamente creí que significada reservarse el derecho de admisión pero resulta que he vivido en un error.
Y es que resulta que ahora cual imagen de club de moda en película, el grandulón de la puerta y un grupo de expertos que te observan probablemente desde una cámara de vigilancia son quienes deciden si te ves o no lo suficientemente cool como para entrar. Yo personalmente no he vivido la experiencia porque como he mencionado en otros textos odio las discotecas, pero irónicamente mi mejor amiga es la mujer hecha farra y hace un par de fines de semana le tocó presenciar algo que más que reserva de derecho de admisión pintaba para discriminación.
Tenemos un grupo de 7 chicas de las cuales 4 son de tez blanca y cabello claro, 1 es una chica normalita y las última dos de tez un poco más oscura. El grandulón de la puerta dice: "- Pueden pasar todas menos ellas dos". Ellas dos arregladas y con ganas de divertirse se detienen confundidas. Mi amiga pregunta las razones por las cuales justamente sus dos compañeras debían quedarse afuera y el grandulón de la puerta estira su mano y con la palma extendida en señal de "detente" frente a la nariz de una de las dos chicas dice: - "Con ellas nos reservamos el derecho de admisión".
- Pero, ¿por qué?
- Porque sí
Esa noche era chicas gratis, y todas menos ellas dos estaban del otro lado así que como última opción sugirieron pagar la entrada de las dos chicas como si fuese una noche común, el grandulón de la puerta se llena de impaciencia y les levanta la voz: - ¡Ya les dije que NO-PUEDEN -ENTRAR!
Y no, éste no es un club exclusivo en Beverly Hills, es una discoteca más en la "más ciudad", no, no es un lugar donde la fila para entrar da la vuelta a la cuadra por ser el club de moda es simplemente un espacio lleno de música cuyo nombre empieza con F y acaba con Z.
Y salen y deben irse porque el derecho de admisión literalmente significa que dejo entrar en mi establecimiento solo a quien yo quiera dentro, así sin tener un motivo, así simplemente para mantener un equilibrio, un balance en el "tipo" de personas que se mueven al mismo repetitivo ritmo y consumen sus bebidas alcohólicas. Como dice LJ, gente bonita que va a ver más gente bonita y punto, y si no consideran que eres parte de ese estereotipo de lo que es "bonito" no te dejan pasar.
Es algo no reclamable, está dicho desde el inicio "nos reservamos el derecho de admisión" o sea pasa quien me parece y quien no me parece no, una frasecita que se encuentra hasta en las puertas de Malecón 2000 y el Malecón del Salado, una frasecita que es de pronto capaz de llenar de poder al encargado de la puerta mientras escucha la respuesta a la pregunta que hizo mediante su diminuto auricular: - ¿y ellas entran o no?
Y es que resulta que ahora cual imagen de club de moda en película, el grandulón de la puerta y un grupo de expertos que te observan probablemente desde una cámara de vigilancia son quienes deciden si te ves o no lo suficientemente cool como para entrar. Yo personalmente no he vivido la experiencia porque como he mencionado en otros textos odio las discotecas, pero irónicamente mi mejor amiga es la mujer hecha farra y hace un par de fines de semana le tocó presenciar algo que más que reserva de derecho de admisión pintaba para discriminación.
Tenemos un grupo de 7 chicas de las cuales 4 son de tez blanca y cabello claro, 1 es una chica normalita y las última dos de tez un poco más oscura. El grandulón de la puerta dice: "- Pueden pasar todas menos ellas dos". Ellas dos arregladas y con ganas de divertirse se detienen confundidas. Mi amiga pregunta las razones por las cuales justamente sus dos compañeras debían quedarse afuera y el grandulón de la puerta estira su mano y con la palma extendida en señal de "detente" frente a la nariz de una de las dos chicas dice: - "Con ellas nos reservamos el derecho de admisión".
- Pero, ¿por qué?
- Porque sí
Esa noche era chicas gratis, y todas menos ellas dos estaban del otro lado así que como última opción sugirieron pagar la entrada de las dos chicas como si fuese una noche común, el grandulón de la puerta se llena de impaciencia y les levanta la voz: - ¡Ya les dije que NO-PUEDEN -ENTRAR!
Y no, éste no es un club exclusivo en Beverly Hills, es una discoteca más en la "más ciudad", no, no es un lugar donde la fila para entrar da la vuelta a la cuadra por ser el club de moda es simplemente un espacio lleno de música cuyo nombre empieza con F y acaba con Z.
Y salen y deben irse porque el derecho de admisión literalmente significa que dejo entrar en mi establecimiento solo a quien yo quiera dentro, así sin tener un motivo, así simplemente para mantener un equilibrio, un balance en el "tipo" de personas que se mueven al mismo repetitivo ritmo y consumen sus bebidas alcohólicas. Como dice LJ, gente bonita que va a ver más gente bonita y punto, y si no consideran que eres parte de ese estereotipo de lo que es "bonito" no te dejan pasar.
Es algo no reclamable, está dicho desde el inicio "nos reservamos el derecho de admisión" o sea pasa quien me parece y quien no me parece no, una frasecita que se encuentra hasta en las puertas de Malecón 2000 y el Malecón del Salado, una frasecita que es de pronto capaz de llenar de poder al encargado de la puerta mientras escucha la respuesta a la pregunta que hizo mediante su diminuto auricular: - ¿y ellas entran o no?
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