Hay productos y productos, hay cosas que uno consume por necesidad, como jabón, cereal o un par de zapatos. Pero cuando todas nuestras necesidades básicas están satisfechas nos inclinamos hacia las no tan básicas como una chaqueta nueva, un juego nuevo para el Game Cube o cualquier cosa que nos brinde una diminuta felicidad. ¿Qué dice esto de nosotros? Que nos encanta comprar señoras y señores, nos encanta.
Ahora, aparte de las ganas de comprar los seres humanos tenemos otra serie de insatisfacciones personales, los gordos quieren ser flacos, las de cabello rizado quieren ser lacias y las lacias quisieran tener churritos así funcionamos porque siempre queremos tenerlo todo, serlo todo y sentirnos capaces de todo.
Ahí es cuando entran los sapos de las compras por TV, sí, a eso es a lo que quería llegar. Inventos chuecos, novedosos, mágicos, el aparato que pensaste solo podías imaginarte pasea por tu pantalla mientras alguna tipa gringa con una voz superpuesta en español que parece ser la misma en cada infomercial te garantiza resultados inmediatos.
Son gente que ha querido valerse de las ganas de las personas de mejorar eso que no les gusta y de los que están dispuestos a invertir su dinero en este tipo de chucherías. El factor que estos "genios" no tomaron en cuenta es que hay gente que duda y que piensa antes de hacer las cosas. Claro, suena muy fácil en teoría hacer un producto que cumpla los sueños de alguna mujer u hombre desesperado y comercializarlo como una oferta exclusiva para la televisión.
¿Pero realmente nos creen tan idiotas para no ver que la man del antes en el infomercial del Tummy Trimmer tiene una almohada amarrada a la cintura? ¿O que el hombre que labra con tanta facilidad con el Roto Matic es un profesional que utiliza maderas suaves para que se vea fácil? ¿O el removedor de vello facial que viene con una maravillosa, única y exclusiva TOALLA de regalo, la única toalla que evita que el cabello se interponga entre el removedor y su ceja? ¡Por favor!
Para mí los peores son los de las máquinas de hacer ejercicio, todas iguales pero diferentes, donde una mujer de cuerpo espectacular habla de manera hipnotizante de tal manera que te quedas oyendo todo lo que tiene que decir sin darte cuenta de que lo estás haciendo. Te trata de convencer y está tan cerca de lograrlo hasta que de golpe vuelves a la realidad y te das cuenta de qué demonios estabas viendo y cambias a la mayor velocidad posible.
Los infomerciales son como los talk shows de los comerciales, de mal gusto, creados para una audiencia sin la capacidad de emitir un juicio crítico ante lo que ve. Cuánto dinero desperdiciado en objetos insulsos que a las dos semanas se quedan arrinconados en la casa guardando polvo, si vas a gastarte la plata en tonteras mejor regálasela a alguien que lo necesite, como yo por ejemplo.
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