Nos faltaron días para probarlo todo, no hubo un momento en el viaje en el que nuestro estómago no estuviese contento. No, no caíamos de causalidad en algún restaurante cercano cuando nos daba hambre sino que más bien estábamos a la expectativa de que nos dé hambre para poder ir a comer a un lugar nuevo, y nos habían recomendado tantos que no alcanzamos a probarlos todos.
El avión aterrizó en Quito, cogimos un taxi, dejamos las maletas en el hotel y salimos inmediatamente en busca del mercado más cercano, ir a Quito significaba comer hornado y a tan solo 8 cuadras me estaba esperando un plato con chanchito, papa y aguacate, sólo de recordarlo se me hace agua la boca.
Lj prefirió comer fritada, yo me senté en una especie de barra metálica a esperar mi plato de $2 de hornado y luego del festín un juguito de naranja con alfalfa en un kiosko cercano. Ahorá sí teníamos toda la energía necesaria para recorrer la capital.
Uno de mis lugares favoritos en Quito es el Sutra Café-Bar, es un lugar que tiene un ambiente excelente, esa noche un guitarrista nos daba la bienvenida con melodías de The Doors para luego llamar a una extranjera del público que junto a él con una preciosa voz interpretó "La chica de Ipanema". LJ y yo observamos el menú, chocolate caliente, sánduche capresse, sánduche de jamón y queso y un infaltable canelazo, -¿una jarra o una taza?- pregunta la amable mesera. Una taza será suficiente para estrenarnos en el arte de beber canelazo, lo ordenamos de mora, una gran decisión que nos llenó de sabor y calor. Altamente recomendado.
A la mañana siguiente un delicioso desayuno en un lugar que si mal no recuerdo se llama algo así como "The Coffe Machine", un sitio que nunca cierra y cuya atención es digna de un premio. Ese es un detalle que llamó nuestra atención, en la capital las personas son como más amables en los locales de cualquier tipo, hasta da gusto dejar propina.
Y ya más tarde en nuestro recorrido nos encontramos con un local de comida mexicana: El Mariachi Taco Factory, donde nos pegamos un atracón de tacos, flautas, tortillas, guacamole, arroz, carne, pollo y demás, todo esto con esa sazón picantita que caracteriza a la mexican food. Como podrán observar defnitivamente decidimos tratarnos muy bien durante nuestra estadía en Quito, realmente nos consentimos saliendo a comer a lugares interesantes cada noche.
Y hubo una tarde cerca del Quicentro cuando vino a nuestra mente como voz del más allá el recuerdo de mi primaa diciendo: - Si van al Quicentro no coman allí, bajen un par de cuadras y vayan a las hamburguesas de Rusty. Estuvimos a punto de dejarnos llevar por la pereza pero la curiosidad de ver estas famosas hamburguesas fue más grande, nos tardamos un poco pero lo encontramos.
Las hamburguesas de Rusty es un local temático que vende comida rápida, cuesta casi lo mismo que irse a un McDonalds en fin de semana pero la comida es mucho mejor. Escoges primero que hamburguesa quieres y luego que tipo de papás prefieres de acompañante, fritas u horneadas con salsa. Como si esa hamburguesa inmensa que habíamos pedido no fuese suficiente ordenamos extra chili, un recipiente lleno de chili con carne que luego le añadimos a la hamburguesa llena de queso holandés que estaba entre nuestras manos. Es mejor en todo caso que acá no haya uno de esos porque seguramente subiríamos dramáticamente de peso.
Llegaba la última noche de nuestra estadía y aún un poco llenos por la hamburguesa tuvimos que tomar la dura decisión de que lo mejor sería no abusar en nuestra próxima comida, así fue como tuvimos que dejar en espera para nuestra próxima visita a las pizzas de Ch'Fariña y fuimos a un local cercano de comida hindú donde vendían... shawarmas y así terminar el ciclo de comer fuera cada día. Pero no me quejo pues en casa ya me esperaban con un plato de seco de pollo.
Ahora que hago un recuento alimenticio de nuestro viaje, extraño un poco esos buenos sabores que allá encontré pero sobretodo se extraña la sensación de estar de vacaciones, de no preocuparse continuamente por el dinero, de salir cada día en busca de alguna nueva cosa que ver, que apreciar y que sentir. Lindo Quito, espero podamos volver pronto.
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