Digamos que ha llegado la hora de cerrar este capítulo de LE, tal vez se queden fuera del relato un par de cosas, pues ya la memoria está menos fresca en cuanto a detalles de esos que a mí me gusta tanto narrar pero la idea era compartir de alguna forma con quienes leen lo bonito que la pasamos por allá y algunas grandes diferencias entre allá y acá que creemos que vale la pena destacar.
Considero que uno de los mayores atractivos de Quito es lo fácil que es encontrar alguna actividad de tipo cultural, es posible ir al teatro en lunes, encontrar una feria de libros caminando hacia el mercado y por supuesto existen varios museos interesantes dentro del Centro HIstórico y afuera también.
Otro detalle es que normalmente, si uno quiere movilizarse en Guayaquil sin carro propio quedan básicamente tres opciones: la buseta, el taxi o los pies. Quito ofrece además las opciones ecovía y trole que si bien no son una cosa que uno diga qué cómodo que me siento andando en el trole cuando está lleno considero que es mejor que tomar un bus. Otra cosa interesante es que aquí tomar taxis de la manera en que lo hicimos allá nos habría costado un porcentaje mayor de nuestro presupuesto pero no allá porque hacen algo que acá es medio complicado de lograr, en serio, allá los taxistas... ¡usan el taxímetro!, y la diferencia es considerable y para beneficio del usuario, simplemente sorprendente.
Así nos movilizamos del Centro Histórico hasta la puerta de la Capilla del Hombre de Guayasamín para contemplar yo por segunda vez y LJ por primera el arte de uno de los pintores más destacados de nuestro país, tal vez la obra de Oswaldo Guayasamín no sea del gusto de todos pero a mí no cesa de impresionarme. Si no han visitado aún la Capilla (mal muy mal) deben saber que es una experiencia memorable, el lugar es de fácil recorrido y es una obra de arte en si mismo con la cúpula que se mantuvo tal cual hasta donde avanzó a crearla el pintor antes de su deceso.
Sus grandes pinturas forman un recorrido que es un poco historia un poco tristeza y además saliendo de la capilla es posible acceder al patio de la casa de Guayasamín y visitar el árbol debajo del cual están las cenizas del pintor, echarle un vistazo a un par de carros antiguos y disfrutar enteramente del paisaje de nubes y elevaciones.
Nuestro vuelo partía a las 7 de la mañana, la alarma del celular sonaba antes de que el sol empiece a pensar en aparecerse. Revisar que no se quede nada en la habitación, que la maleta cierre bien, que los souvenirs no se maltraten y otros detalles. Es posible que además de lo bonito de la ciudad capital nos haya enamorado también el hecho de pasar unos pocos días de vacación total sin nada de qué preocuparse solo paseando, comiendo y vagando, sea como sea el paseo fue memorable, gracias por dejarnos compartirlo con ustedes.
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