La tía, la comisión y el cuadro

En el primer piso del edificio de la Comisión de Tránsito del Guayas vimos unos asientos y decidimos hacer uso de ellos, desde una oficina con el cartel de "privado" sale un señor vigilante con una cuchara y un frasco de esos como de mermelada pero lleno de ají de algún tipo, esos preparados en casa. Ha sido casi un mes de este tipo de asuntos, el mes en que mi tía vino de visita desde "la Yoni", he visitado los diversos pisos de la CTG, esperado afuera del Banco de la Vivienda, trepado a mi pobre Lada Niva una pintura de más de la mitad del tamaño del carro y recorrido de norte a sur la ciudad todos los días, en eso más o menos es que he andado estos días y si bien suena cansado también ha sido medio didáctico.

Mi tía es una de esas personas que salen a caminar por la calle y el 50% de los transeúntes la conoce y la saluda con un cordial "buenas tardes abogada", a donde va se hace amiga de alguien, la man puede hacer que le tengan listo en una semana el trámite que normalmente toma un mes. Hoy las paradas fueron interesantes, primero la Comisión donde todos las conocen por algún motivo, hoy fuimos esas personas desagradables que no hicieron fila para entrar en el departamento legal, la man que atiende está en una reunión pero le dicen que está ahí mi tía y la man se sale para saludarla, nos cansamos y nos sentamos en cualquier lado, qué más da si nadie nunca dice nada ni le interesa quienes estén ahí. La CTG en sus departamentos lejanos a matriculación y licencias es otra cosa, hay hartas mujeres todas bien maquilladas, hay un ambiente informal y como en toda entidad pública parece que a nadie le importa nunca nadie, siempre hay algún "cliente" que reclama y una "señorita" que sin dejar de mirar al monitor le dice que no puede hacer nada.

Luego el cuadro, a la man le regala una amiga un Endara original, para quienes no sepan es el que hace estas pinturas con los trenes voladores, caballitos y ciudades muy lindas y puede que no sea un Picasso pero hay que tratarlo con cuidado. El cuadro tenía un marcazo dorado, dentro el lienzo unido a otro soporte de madera. El plan era llevarlo a algún taller donde puedan sacarlo bonito y ponerlo en uno de esos tubitos, pero para qué si con un destornillador y un cuchillo todo es posible. La man sacó el cuadro del marco con el cuchillo y luego clavo a clavo despegó el lienzo de la madera hasta tener todo separado, enrollo la pintura, yo bajé los asientos del Niva y con destreza sin igual meti el marco como pude en el carro y nos fuimos.

La man se va pasado mañana y si bien es cierto que tendré más tiempo libre creo que voy a empezar a extrañar andar haciendo cosas distintas de lo usual, sino fuera por las largas manejadas podría decir que fue un placer haber podido ayudarla. En eso he andado y francamente está bien, han habido días, semanas y meses que me he entregado a estar frente al monitor por diversos motivos, que he escrito sin ganas y ahora que he tenido mi vacación de la obsesión que puede ser mantenerse al tanto de lo que pasa en este espacio medio abstracto y medio concreto creo que el equilibrio siempre será el mejor referente para todo.