Post Parto

El sábado 7 de Octubre del 2006 vio la luz del día por primera vez Danielito Silver, tres semanas antes de la fecha en la cual lo esperábamos. 2.8 kg y 46 centímetros de la personita más impresionante que puede haber llegado a mi vida. Signo zodiacal: libra.

Ser mamá es difícil, pero no ser mamá en el sentido de cuidar del bebé que es lo más lindo sino ser mamá en el sentido de tener que ver la forma de hacer que la personita que vive en tu vientre salga sano y salvo al mundo. Complicaciones de su adelanto me llevaron a que se me practique una cesárea, cosa que no le deseo ni a mi peor enemigo porque es bastante feo, tenía muchas ganas de que sea un parto normal pero así pasa. Duelo y duelo mucho, moverse es complicado y reírse o toser es impensable pero llevo dos días de tener que estabilizar mi cuerpecillo así que no puedo pedirme mucho.

Sin embargo, lo importante es que lo logramos. LJ es mi héroe personal por haberme acompañado durante la cirugía muy valientemente y poderme besar cuando ésta terminó a pesar de haber echado recientemente un vistazo a mis tripas y demás órganos internos. Pero la alegría es magnánima, es así y es simple como la idea de que por él no importa si me duele el cuerpo durante un año más o si a Lj le tocó ver una cirugía y cambiar pañales a las dos de la madrugada siendo que nunca antes lo había hecho. Nada es realmente importante al poner en consideración que tenemos entre nuestros brazos a un diminuto milagro que desde mi punto de vista llegó a nuestra vida por su propia voluntad, sin avisar, sin preguntar, llegó arbitrariamente y de sorpresa como las mejores cosas en la vida, como esas cosas que cuando las tenemos en frente sabemos que simplemente así tenían que ser.

Estoy enamorada de mi hijo, de mi esposo y de la vida, es algo indescriptible, inmencionable no hay una palabra que se acerqué más a explicar el sentimiento que la más trillada de todas: amor. Un nuevo capítulo acaba de iniciarse, soy mamá con todo el peso que ello representa pero además con todas las sonrisitas, caricias, arrullos y alegría que vienen incluidas en el paquete de ser la madre de alguien, especialmente de alguien tan precioso como el bebé que ahora extraña mis brazos y debo ir a alimentar.

El hijo
Susana March

¿Quién eras antes, dime?
¿Un ángel? ¿Un príncipe azul?
¿Tal vez un pez? ¿O un pájaro?
¿o un álamo esbelto?

¿Quién eras? ¿Un claro arroyo?
¿El capullo de un jardín?
¿Un pedacito del viento?

¿Quién eras antes, dime?
¿Por qué diste a mi vida
tanto deslumbramiento?

Me basta con tocarte
para que se me apacigüe el pensamiento
y me basta con verte
para sentirme a gusto con mi cuerpo.

¿Quién eras, dime? ¡Oh mago
de mi ser descontento!
Con tu varita mágica
me vas cambiando los sueños
me vas cambiando la vida...

¡Yo no me quejo!