Fue un Baby Shower...

Nunca antes había sido tan entretenido ver como rodaba por el piso la cabeza de un muñeco y nunca había sido tan claro como a todos por naturaleza nos encanta que nos regalen cosas. Ayer fue el baby shower de Daniel Silver, una fiesta de baby shower suele ser tranquila y aburrida si no conoces a mucha gente pero cuando es el propio no hay duda de que la perspectiva cambia, de pronto es una cosa genial.

En un mismo espacio están reunidas tus amigas relajosas, las amigas de tu mamá que te conocen de pequeña, la familia y hasta la familia política como novedad, todas personas de edades y personalidades diversas que han venido a felicitarte y desearte lo mejor a ti y al ser que vive dentro de la panza. El chiste es ver cómo hacer para que todas estas personas se entretengan y pasen un buen rato luego de haberte regalado algo de dinero para apoyarte con los gastos que representa el nacimiento de esta nueva personita.

De ahí que se realicen juegos, típicos en todo baby shower que son casi casi que universales, siempre hay ese tiempo muerto en estas reuniones donde no queda más a los invitados que hablar entre ellos entonces para que ese tiempo sea menor decidí hacer muchos juegos, hice como 8 juegos, puse a dos amigas de maestras de ceremonia y cada juego tenia primer y segundo lugar de esa manera si jugaban cinco personas al menos dos ya se iban con alguito. No sé qué le pareció a mis invitadas pero yo me divertí realmente porque no hay nada más gracioso que ver a la mamá de tu cuñada, a tu amiga del colegio y a la tía de tu esposo lanzándose un bebé y descabezarlo con tal de no perder.

Para cuando terminamos con los juegos y mis amigas estaban embarradas de compota o terminandose los residuos de la cerveza de los biberones yo tenía en mis manos casi veinte acrósticos con el nombre de mi bebé augurandome buenos deseos, un poema maravilloso escrito por mi sobrina, una bolsa vacia que había estado atiborrada de premios y la garganta irritada de tanto reirme y de tanto hablar alto para que me escuchen las como cincuenta personas entre amigas y familiares que estaba ahí viéndose unas a otras payasear.

Luego les pedimos amablemente a las invitadas que pasen a servirse dulcecitos, que fue cuando un ciclón de mujeres vació una mesa de dulces en menos de dos minutos, no probé ni uno sólo espero que hayan estado ricos, luego un recuerdito típico y sencillo, un textito que escribí así bien feeling como agradecimiento por haber venido y calabaza calabaza cada quien para su casa. Ahí mientras me despedía me di cuenta de que había estado de pie toda la tarde observando y jugando y que mis pobres pies ya estaban preparando una huekga por haber sido forzados a aguantar tanto peso durante tanto tiempo, siendo yo una mujer embarazada de ocho meses comprenderán que es un peso más o menos.

Así fue mi baby shower y me gustó porque fue mío y disfruté como si hubiera sido una gran fiesta de cumpleaños, de cierta manera lo fue porque ahora tengo 24 y un gran pedazo de torta con harto manjar en la refri. Hay cosas que nos parecen superficiales hasta que nos toca estar del otro lado, acá en el otro lado todo es diferente porque la perspectiva cambia o tal vez porque las hormonas de mi cuerpo están de juerga all day and night desde que este bebé empezó a anidarse en mí, sea como sea estoy agradecida no sólo por lo maravilloso que es de por sí esperar un hijo sino también por el cariño y el apoyo que te brindan las personas que te quieren. A quienes pasan por acá y estuvieron presentes gracias y a quienes no estuvieron pero están contentos por nosotros gracias también.