O porque no me gustaría salir muchas veces en la tele.
Estoy seguro que muchos de ustedes al igual que yo, son o han sido adictos a la televisión y en especial a un solo canal, el cual permanece sin cambiarse a lo largo del día mientras uno disfruta de la ya memorizada programación, de vez en cuando cambiando cuando dan algo que uno no soporta (porque siempre hay algo que uno no soporta). Esta situación del canal exclusivo es mucho más común en hogares sin control remoto, ya sea por pérdida en medio de las sábanas o de caída y posterior expulsión de baterías en el vasto y tenebroso espacio que es debajo de la cama.
La televisión por cable nos ofrece la maravilla de disfrutar de canales que no necesitan promocionar más que a ellos mismos ya que son tan buenos que la gente les paga directamente para verlos, a diferencia de nuestros canales nacionales que tienen que buscarse empresas dispuestas a poner su logo en el trasero de la modelo de turno. Como estos canales de cable se promocionan a si mismos, pues sus promos contienen imágenes de sus programas y series, muchas veces con narrador que da día y hora al final de la promo. Crear una de estas promos es trabajo sencillo si es que ya se tiene la idea, y es cuestión de sentarse a editar. Lamentablemente quien programa las promos decide utilizarlas por una gran cantidad de tiempo, para sacarles el jugo y, me imagino, porque los del departamento de promociones se lo piden ya que nos les vienen más ideas.
Y digo lamentablemente porque los que se friegan somos nosotros, los adictos a un canal, que nos toca ver la misma promo una y otra vez. Claro, la primera vez puede ser muy graciosa, pero la empezamos a ver una y otra vez y llegamos a memorizarla y a repetirla en voz alta mientras la pasan, y ese pobre actor o actriz, por lo general de serie gringa, sale diciendo alguna idiotez que solo tiene sentido si vez todo el capítulo, y lo dice una y otra vez y uno que ya esta harto le empieza a coger un resentimiento/fastidio y ese fastidio que le produce a uno eso actor o actriz que repiten la misma huevada es algo de lo que ellos no tiene la culpa, los pobre ni saben que los repiten tanto, pero les toca ganarse el fastidio de la gente como yo.
Y eso no es lo peor, lo peor es como los utilizan vilmente para sus macabros fines, cuando editan la promo de forma que el actor o actriz en cuestión realice una conversación con el narrador en la que generalmente no salen bien parados. Un clásico ejemplo de esto es la ya conocida promo de cambio de horario, en la cual el narrador informa a todos los programas involucrados que habrá un cambio de horario, y los diferentes actores reaccionan de forma ridícula y exagerada para el momento (pero que funciona dentro del contexto que es el capítulo entero), esta reacción por lo general es un "What?!" o un "No Way!" aunque también se ha visto que se use escenas de llanto o hasta de comedia física que involucre desmayo.
Es ahí, cuando se ven a estos pobres actores o actrices siendo usados para conversaciones ridículas con el narrador, que uno les tiene más pena. Ojalá algo así nunca me pase.
Estoy seguro que muchos de ustedes al igual que yo, son o han sido adictos a la televisión y en especial a un solo canal, el cual permanece sin cambiarse a lo largo del día mientras uno disfruta de la ya memorizada programación, de vez en cuando cambiando cuando dan algo que uno no soporta (porque siempre hay algo que uno no soporta). Esta situación del canal exclusivo es mucho más común en hogares sin control remoto, ya sea por pérdida en medio de las sábanas o de caída y posterior expulsión de baterías en el vasto y tenebroso espacio que es debajo de la cama.
La televisión por cable nos ofrece la maravilla de disfrutar de canales que no necesitan promocionar más que a ellos mismos ya que son tan buenos que la gente les paga directamente para verlos, a diferencia de nuestros canales nacionales que tienen que buscarse empresas dispuestas a poner su logo en el trasero de la modelo de turno. Como estos canales de cable se promocionan a si mismos, pues sus promos contienen imágenes de sus programas y series, muchas veces con narrador que da día y hora al final de la promo. Crear una de estas promos es trabajo sencillo si es que ya se tiene la idea, y es cuestión de sentarse a editar. Lamentablemente quien programa las promos decide utilizarlas por una gran cantidad de tiempo, para sacarles el jugo y, me imagino, porque los del departamento de promociones se lo piden ya que nos les vienen más ideas.
Y digo lamentablemente porque los que se friegan somos nosotros, los adictos a un canal, que nos toca ver la misma promo una y otra vez. Claro, la primera vez puede ser muy graciosa, pero la empezamos a ver una y otra vez y llegamos a memorizarla y a repetirla en voz alta mientras la pasan, y ese pobre actor o actriz, por lo general de serie gringa, sale diciendo alguna idiotez que solo tiene sentido si vez todo el capítulo, y lo dice una y otra vez y uno que ya esta harto le empieza a coger un resentimiento/fastidio y ese fastidio que le produce a uno eso actor o actriz que repiten la misma huevada es algo de lo que ellos no tiene la culpa, los pobre ni saben que los repiten tanto, pero les toca ganarse el fastidio de la gente como yo.
Y eso no es lo peor, lo peor es como los utilizan vilmente para sus macabros fines, cuando editan la promo de forma que el actor o actriz en cuestión realice una conversación con el narrador en la que generalmente no salen bien parados. Un clásico ejemplo de esto es la ya conocida promo de cambio de horario, en la cual el narrador informa a todos los programas involucrados que habrá un cambio de horario, y los diferentes actores reaccionan de forma ridícula y exagerada para el momento (pero que funciona dentro del contexto que es el capítulo entero), esta reacción por lo general es un "What?!" o un "No Way!" aunque también se ha visto que se use escenas de llanto o hasta de comedia física que involucre desmayo.
Es ahí, cuando se ven a estos pobres actores o actrices siendo usados para conversaciones ridículas con el narrador, que uno les tiene más pena. Ojalá algo así nunca me pase.
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