Algo

Al final es posible terminar siendo muchas cosas que dijimos que nunca seríamos, es posible y hasta reincidente, me he convertido con el pasar de los años en personajes de los que podría haberme burlado durante mi adolescencia. Sentada frente al computador con una botella de Pony Malta, disfrutando el sabor dulzón que dije jamás podria gustarme veo que ese detalle es uno de los tantos que me dejan ver como nunca estamos quietos. Ahora es la Pony Malta porque se supone que la malta ayuda a que haya una mejor producción de leche materna y al final me terminó gustando.

Alguna vez juré nunca perdonar a un hombre que me rompiera el corazón pero lo hice y hacerlo me dio la bendición más grande de mi vida. Siempre dije que no sería yo nunca una madre sobreprotectora pero mi bebé medio gime y ya estoy ahí viendo que esté todo bien. Que iba a tener un trabajo estable antes de casarme, que nunca iba a comer brócoli, nunca iba a tocar un cigarro, yo nunca organizaría un baby shower , que no podría aprender una canción en piano y que no podría cantarle a mi hijo sin ponerme a llorar como boba. Sin embargo hice todo lo que dije que no haría y tal vez mil otra cosas que no recuerdo ahora, porque al final las cosas no son como uno se imagina sino como en verdad son. A veces puedes querer y confiar y ser traicionado y a veces puedes desconfiar y que las personas te sorprendan.

Estoy divagando y lo sé, no tengo más intención que recalcar lo que ocurre ante mis ojos, el momento en que puedo verme a mi misma desde la perspectiva de la niña que era y que de alguna forma aún soy. La misma que llora inconsolablemente con "When she loved me" de Toy Story 2 y luego calma y consuela a un hijo hermoso por quien cada día se asumen más y más responsabilidades. Sigo divagando, escribo sin un fin, sin un objetivo y sin pregunta al final del post, porque hoy me dieron ganas de poner mis dedos sobre las teclas y dejarme llevar. Al final muchas veces algo se puede rescatar de las divagaciones personales, que lo decida quien lea.